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viernes, 15 de abril de 2016

Araya

ARAYA 


La península de Araya es atractiva mente árida y le ofrece al turista más de 270 kilómetros de costas en un territorio de 642 km2, con hermosas playas y ensenadas. Su vegetación es netamente xerófila y de bosques secos. Araya, proviene de ARAÍ-A, que significa en la lengua originaria SOBRE o ENCIMA, de modo que Araya pudiera significar TIERRA QUE EMERGE DE LAS AGUAS. 

Atractivos Turístico

PLAYA CASTILLO

Es una playa ubicada en la población de Araya, en las adyacencias del Castillo de nombre “Real Fuerza de Santiago de Arroyo de Araya”, es de allí que deriva su nombre. Es la playa más concurrida de la península. Este litoral arayero es de aguas cristalinas, cálidas, mansas, de olas suaves y arenas blancas para la recreación y el esparcimiento. Recuerde llevar su cava con hielo y agua suficiente, protector solar y lentes de sol. 

Servicios

Ofrece servicios de estacionamiento, de restaurantes, sanitarios, ducha, alquiler de toldos y sillas, de banana, paseos en bote, además de vendedores itinerantes de bronceadores, conjuntos de playa artesanales, pulseras y collares. En esta playa se puede acampar, previa autorización de la comunidad. En temporada alta los servicios son más numerosos. 



PLAYA EL MORRITO


Esta playa le debe su nombre al boulevard que desarrolló las autoridades del Municipio Cruz Salmerón Acosta, en las inmediaciones de la playa en la ciudad de Araya, al lado del terminal de ferrys. Es una playa con muy poca longitud, de aguas cristalinas, olas mansas, arenas blancas y temperatura agradable, con muy poca profundidad, especial para el disfrute de los niños. Recuerde llevar su cava con hielo y agua suficiente, protector solar y lentes de sol. En frente de la playa hay vario negocios que venden hidratación y comida.
Servicios Ofrece estacionamiento, restaurantes, sanitarios, alquiler de toldos y sillas, de banana, paseos en bote, además de vendedores itinerantes de bronceadores, conjuntos de playa artesanales, pulseras y collares. En esta playa se puede acampar, previa autorización de la comunidad. En temporada alta los servicios son más numerosos.





PLAYA LOS MUERTOS

Es una playa que se encuentra en la vía hacia el noroeste de la península (de Araya a Punta Araya). Es muy poco concurrida, posiblemente porque no ofrece ningún servicio. Pero es muy cristalina, cálidas, arenas blancas, oleaje muy suave y poca profundidad, especial para el disfrute de los más pequeños. Cuenta con una larga extensión para caminar y deleitarse observando el paisaje. Goza de muy buena reputación en el mundo de los que practican Windsurf, ya que durante casi todo el año tiene buena brisa y en contraste casi no tiene olas (muy plana) para llevar a cabo este deporte. La brisa sopla más fuerte entre agosto y diciembre. Recuerde llevar su cava con hielo y agua suficiente, protector solar y lentes de sol.


Servicio 

No tiene ningún tipo de servicios, de modo que debes llevar todo lo necesario para pasar un día cómodo. 



PLAYA EL MORRITO

El Morrito es una playa que le debe su nombre a una isleta o porción de tierra pequeña, que se encuentra a escasos metros de la orilla de tierra firme. Este paisaje paradisíaco, bañado por las aguas del golfo de Cariaco, está ubicado al sur de la península de Araya, después de la población de Tacarigua. El escenario constituye un verdadero remanso de paz, de aguas cálidas y cristalinas, acompañadas de arenas limpias, finas y gruesas. A sus pies, se levantan pequeñas colinas áridas de color rojizo. Es especial para niños, ya que cuenta con muy poca profundidad. 

Hasta ahora no existe acceso a ella vía terrestre en vehículo automotor convencional, para que te trasladen al lugar debes alquilar un bote (lancha pequeña) en las poblaciones de Araya, Punta Arenas, Manicuare, Tacarigua o Salazar, incluso desde Cumaná o lugares adyacentes. Siempre se consiguen lugareños amables con embarcaciones marítimas dispuestos para hacer el viaje. En la travesía desde Araya encontrarás varias playas solitarias las cuales puedes disfrutar con la anuencia del capitán de la embarcación. 

No tiene servicio de ningún tipo, por ello se recomienda llevar todo lo necesario para disfrutar y pasarla bien con familiares y amigos. 



SALINAS (LAGUNA MADRE)


Alejandro De Humboldt decía en su obra “Viaje a las regiones Equinocciales del Nuevo Continente”: “Es maravilla que una salina que antes había excitado la competencia de los ingleses, los holandeses y otras potencias marítimas, no haya provocado el establecimiento de una aldea o una granja. Apenas se ven en el cabo de la punta de Araya algunas pobres cabañas de indios pescadores”. (Nota al Pie) Traducción de Lisandro Alvarado. Monte Ávila Editores 1991. Caracas, Venezuela. Tomo I. pp. 429.
Araya cuenta con una laguna natural que produce sal acantaro llamada Laguna Madre, también con varias lagunas artificiales que construyó la industria salinera para incrementar la producción de sal. Las salinas tienen un característico color púrpura que se matiza de acuerdo al ángulo del sol, de la profundidad y el grosor de los paneles de sal. Para acelerar el proceso e incrementar la producción de sal, la empresa inunda las lagunas con agua de mar y la dejan evaporar hasta que se pueda recoger la sal.
Actualmente PDVSA Industrial, tomó la administración de la Empresa Salinera la cual se encontraba técnicamente fuera de operaciones. Están haciendo una fuerte inversión de recursos económicos para ponerla en óptimas condiciones.



CASTILLO DE ARAYA

Para proteger las salinas de incursiones inglesas, francesas y holandesas, la Corona Española mandó a construir una fortaleza militar, la cual la terminan a principios del año 1625. Se le dio el nombre de Real Fuerza de Santiago de Arroyo de Araya, (Santiago, por el patrono de España; Arroyo, por el gobernador y Araya, por el nombre del lugar). Fue la primera fortaleza de importancia de la capitanía de Venezuela. Con el pasar de los años preocupa a la Corona española el elevado costo del mantenimiento de la fortaleza. En 1720 tenía 246 personas, y un presupuesto de 31.923 pesos fuertes anuales a lo que se suma los serios daños a la estructura ocasionada por el terremoto en 1684 y más adelante los efectos devastadores del huracán que inundó las salinas en 1725. Convencidos de la inutilidad de la fortaleza, en 1759 la Corte decidió su demolición, tarea que cumplió el gobernador José Diguja Villagómez en 1762. Con 45 quintales de pólvora a un costo de 4.640 pesos, cuatro reales y 17 maravedíes, el gobernador puso fin a 129 años del castillo de Araya como centinela de las salinas. Por otra parte, las salinas siguieron siendo explotadas por particulares hasta que en 1872 fueron adquiridas por el Estado venezolano. El 31 de octubre de 1960, el castillo fue declarado Monumento Histórico Nacional.

 








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